La mañana quiere ser viento,
y el viento tímido entre los vocablos
se esconde tras los enunciados temporales.
Cada deseo busca al referente
que es imagen de alguna cosa.
Y la mañana huele a futuro,
amarrada al comienzo de los días
por un río profundo de correspondencias.
Cada referente es la vestimenta
y la posta de un deseo ambulante.