IX. Epílogo
Espero que estos consejos te ayuden, Paula. Que al leer, sola, o con tus padres, estén atentos a la aparición de estas alimañas.
Fíjate muy bien en ello, pero tampoco quiero que te vuelvas demente y te transformes como el caballero de la triste figura que enloqueció por ver en los libros lo que no había.
A los libros tienes que disfrutarlos y quererlos, así ellos, como una tierna mascota, se abrirán para ti.
Espero que tengas un bello e infinito viaje sin regreso.
Tu tío
C. Rodríguez Lira