No solo la gracia del orgasmo
es sacarte de ti.
Si no sacarte como un todo.
Como un yo.
Ciertamente, es maravilloso salirse,
virtualmente, de uno mismo.
Pero también es
extremadamente conmovedor
el sentirse como un yo,
en unidad y sin fisuras.
La idea de que yo,
completo,
absoluto,
como todo yo,
me dirija en una sola dirección
es realmente conmovedora.
Es sublime.