Estuve detrás de la reja unos cuarenta minutos. Mirando, esperando. Tratando de encontrar algo en el horizonte vacío del pueblo. Allá se ve la plaza, también vacía, y como signo de eso unos queltehues caminando por el prado, tranquilos, sabiendo que están reunidos en un lugar de infinita temporalidad. Así estaba yo, sostenido en el infinito, con un tiempo que no logra ser medido por ningún evento que lo corte. Ni un ciclista apurado al trabajo. Ni siquiera una moto de repartos de comida, nada. Todo en silencio.
Continuar leyendo «El paquete»Cuervo
Al principio me asusté, pensé en el poema de Poe. Un ave golpeando la ventana, mirándome con esos ojos redondos y enigmáticos. Si hubiera sido una vez está bien, lo dejo pasar, pero varias veces, me dio miedo. Miedo a primeras, porque cuando salí de la pieza lo pensé más y lo acomodé mejor a la razón. Claro, miedo, digamos, es lo primera reacción que me nace ante las cosas que pueden tener un significado distinto al de su apariencia ¿Y qué tal si todas esas visitas significaban algo que está fuera de mi comprensión? o ¿qué tal si esta ave encontró algo que necesita aquí y viene seguido a buscarlo?
Continuar leyendo «Cuervo»Improvisación
Me serví la taza de té. La tomé con ambas manos porque el agua no estaba tan caliente. Esperé que la bolsita de yerba verde se remojara un poco. Pensé en lo que iba a hacer. Desapareció de mi mente, en ese momento, el presente. Era una máquina que se mueve sola, como en esa película de Keanu Reeves en la que ponen una bomba en un bus y no lo pueden detener. Tenía solo en mi mente las cosas que iba a hacer después. Lo que iba a hacer cuando llegara a la casa de Fer, cómo golpearía la puerta, lo que haría si en la entrada había alguien que no deseaba ver. Cosas así.
Continuar leyendo «Improvisación»Fruta
Un fruto puede ser sinónimo de algo que nace, como también de algo que muere.
Continuar leyendo «Fruta»Silencios
Los silencios de la biblioteca nunca son totalmente vacíos. En ellos hay sonidos frustrados, algún alma castrada que quiere pero no puede nacer. El desafío de aceptar el silencio es demasiado para la sociedad en que vivimos. Paredes chorreadas de información, calles repletas de automóviles, dispositivos que nos inundan de comunicación irrelevante. Y la bibliotecaria, ahí, echada en su asiento con los anteojos abajo mandándote a callar. Continuar leyendo «Silencios»
Nadie acabará con los libros
Pensándolo ahora, no entiendo cómo alguna vez se pudo poner en discusión el hecho de que los libros terminarían por desaparecer. O tal vez por haberse puesto esto en duda se les dio más importancia. Cada vez veo más librerías y más editoriales. Las bibliotecas han ampliado sus límites acción, por llamar de alguna manera al espacio que quieren que ocupen los libros en nuestra vida. Son múltiples las cosas que puedes hacer en ellas. Hay salas de estudio, de reuniones, de trabajo, de exposiciones, salas temáticas, espacios de juegos, de descanso, de lectura, de computación. También se ha abierto el catálogo a otros soportes de creación como películas, software, juegos de multimedia, instrumentos musicales. La oferta es, me atrevo a decir, extremadamente amplia. Y el libro sigue siendo el centro de todo. Como si al insertar otros medios se creara un laberinto donde al final siempre se llega a la obra escrita.
Un vez vi un afiche para una campaña de fomento a la lectura que decía Nadie acabará con las bibliotecas, citando el libro de Umberto Eco. Lo creo, les juro que lo creo.
Mirones
Movilizarse en la provincia es muy distinto a hacerlo en los centros urbanos del país. La dinámica es otra. Mientras en la capital, Santiago, la gente que recorre las calles la repleta, en las ciudades pequeñas eres tú, en la calle, y unos pocos más. No eres la masa, al contrario, parece como si estorbaras. Continuar leyendo «Mirones»
Iglesia
No debería ser ningún problema que un par de bancas de una iglesia católica sean quemadas en medio de una revuelta social. Mucho menos unas imágenes de yeso que representan a los íconos de la institución. Cualquier cosa que se incinere, en un momento en que todo está pasando por las llamas, es muy buen síntoma para la secularización del país. Continuar leyendo «Iglesia»
La misma ropa
Una vez fui a ver una exposición de la obra de Andy Warhol. En una de las salas había un espacio donde mostraban antecedentes de su vida. Se indicaba que, luego de alcanzar cierta notoriedad, el artista decidió vestirse de un estilo determinado: pelo blanco, lentes oscuros, pantalones y beatle negro. Algo parecido escuché sobre Einstein y Steve Jobs. Que tenían en el closet cambios de las mismas tenidas. Continuar leyendo «La misma ropa»
Capítulo V del libro «Arde Talca»
Extracto del libro no publicado Arde Talca, sobre la movilización estudiantil chilena del 2011 en la ciudad de Talca, escrito por Cristian Rodríguez.
SÍ, SÍ. ESO LO RECUERDO. Estaba tomando cada vez más. No sé por qué, y como no estaba acostumbrado creo que el copete me hacía peor. Y a esa mina también me la encontré en una marcha, unas semanas atrás. Después me acerqué a ella y creo que me invitó a ir a la toma esa misma noche.
Lo de la marcha lo recuerdo bien. No creo que pueda olvidar una experiencia así. Resulta que me encontré con la masa humana por casualidad. Yo venía por la Once Oriente y un grupo de personas estaba esperando cerca del CREA. Eran en su mayoría pingüinos, estudiantes de la UTAL, miembros de la jota. Una multitud en reposo esperando unirse a los cabros de la UCM que venían en camino. Me sedujo la idea de dejarme arrastrar por la protesta hacia el centro. Al rato, apareció la otra comitiva avanzando en nuestra dirección y comenzaron inmediatamente los vítores de recibimiento:
¡Y va caer!
¡Y va caer!
¡La educación de Pinochet! Continuar leyendo «Capítulo V del libro «Arde Talca»»
Documentos de Rodríguez Lira 